Debes de obtener las preferencias específicas del cliente en cuanto a la propiedad que están buscando. Esto puede incluir detalles como la ubicación deseada (barrio, zona de la ciudad, proximidad a lugares de interés), el tamaño de la propiedad (número de habitaciones, metros cuadrados), el estilo arquitectónico preferido (moderno, tradicional, rústico), y características específicas que el cliente considera imprescindibles o altamente deseables (jardín, garaje, terraza, etc.)

Debes de obtener información sobre cualquier requisito específico de seguridad o accesibilidad que el cliente pueda tener. Esto puede incluir consideraciones como la necesidad de accesibilidad para personas con discapacidad, la presencia de sistemas de seguridad como alarmas o cámaras, o cualquier otro aspecto relacionado con la seguridad de la propiedad.

Debes de averiguar si el cliente está interesado en características adicionales de la propiedad, como piscina, jardín, estacionamiento, entre otros. Algunos clientes pueden tener preferencia por una propiedad con una piscina para disfrutar durante los meses de verano, mientras que otros pueden valorar un amplio jardín para actividades al aire libre o para sus mascotas. Asimismo, el estacionamiento puede ser una consideración importante para aquellos que tienen vehículos y necesitan un lugar seguro para estacionar.

Deberas obtener información relevante sobre el historial de la propiedad, incluyendo cualquier problema estructural, incidentes pasados, o problemas de mantenimiento. Es importante para el agente inmobiliario conocer cualquier aspecto que pueda influir en la decisión del cliente, como por ejemplo si la propiedad ha tenido problemas de inundaciones, problemas de humedad, daños estructurales previos, o cualquier otro detalle relevante que pueda afectar la seguridad o el valor de la propiedad.